viernes, 21 de noviembre de 2014

A dos pasos del infierno.

A la hora de enfrentarse a una obra, aparte de ponerles nombres a los personajes, hay una cosa que pone de nervios al autor; ¡¿Cómo lo titulo?!
En el caso de El Heraldo del Caos, en un principio, escribí sin ponerle título alguno. Esta denominación surgió por si sola en mitad del relato. El Heraldo del Caos es el alias con el que Telecus Moscagua termina por ser bautizado por sus enemigos.


Y es que yo trabajo así, empiezo queriendo contar una historia de desamor adolescente que deriva en un relato de heroísmo épico, y termino por contar al lector nociones básicas sobre la Teoría del Caos y comento algunas hipótesis científicas recientes sobre la percepción y desarrollo del universo.
Sin embargo, cuando al final decidí partir esta obra en tres partes, y me vi en la tesitura de poner más títulos, la cosa fue más sencilla, pues cada una de ellas fue inspirada por tres temas de Two Steps From Hell (TSFH).


Así pues, para Amor y Pérdida (que por cierto, es uno de los títulos menos originales del mercado), me inspiré en Love and Loss.



Para El Nacimiento de un Héroe (que cuenta, claro está, cómo Telecus se convierte en el Heraldo del Caos, me inspiré en Birth of a Hero.



Y para Hijos de la Guerra (en donde se cuenta la batalla final correspondiente a toda aventura épica), en Sons of War.



Y ahora, que ya tenéis una idea de cómo es mi libro, os animo a que lo compréis.

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