viernes, 2 de octubre de 2015

en la historia. Norman "Duth" Cota.

Y siguiendo con esta entrega de Heraldos del Caos históricos, le toca el turno al hombre que le dio la vuelta al desembarco de Normandía en la playa de Omaha.


Porque en esa batalla, se cumplió la ley de Murphy. Todo lo que podía salir mal, salió mal. El enemigo estaba preparado para repeler el ataque, los tanques anfibios se hundían en el mar, el clima no era el más propicio. las tropas desembarcaban en los lugares equivocados, los nidos de los enemigos estaban en otros emplazamientos, la fuerza aérea dejó caer sus bombas detrás de las líneas enemigas, no había fuego de cubertura por parte de la flota naval...
En otras palabras, los aliados no iban a poder salir con vida de ese infierno, y la ofensiva iba a caer, lo que le sentiría de maravilla al ego hinchado de Hittler.
Pero esta batalla también tuvo su propio Heraldo del Caos. El general Norman "Dutch" Cota, el combatiente más veterano que, al ver ese panorama, en la que sus hombres eran masacrados, vio que alguien tenía que tomar el control de la batalla.
Según muchos investigadores, fue su liderazgo lo que consiguió marcar la diferencia. Incluso llegó a liderar una carga, yendo él en primer lugar. Y así, contra todo pronóstico, logró dar la vuelta a la situación.

jueves, 1 de octubre de 2015

en la historia - Gutiérrez Mellado.

No, no me he vuelto loco.
En mi libro, digo que la figura del Heraldo del Caos ha surgido muchas veces a lo largo de la historia. Son esos individuos insignificantes, que contra todo pronóstico, dan la vuelta a la situación con un simple gesto. Es, a todos los efectos, un héroe tolkienano.
Ya sé qué pensarán ustedes. Este tipo de personajes es el que protagoniza las películas de acción americanas. Individuos aislados, solitarios, que son capaces de reducir al grupo de malos de turno de uno a uno, para finalmente, salvar el día.
Pues bien, he aquí un ejemplo de no hace falta ser americano para marcar la diferencia. Y pasó el 23 de Febrero de 1981, es decir, como quien dice, antes de ayer.


Supongo que recordaran la escena. En plena sesión, Tejero y sus hombres entran armados, e intentan tomar el control del gobierno. Sin embargo, no contaban con la entereza de un hombre de casi sesenta años, el cual, contra todo pronóstico, y en contra de toda lógica, les hizo frente armado únicamente con la palabra. Fue un simple gesto, pero su efecto fue amplificado gracias a que una de las cámaras de televisión del hemiciclo todavía estaba funcionando. Toda España pudo ver a ese guardia civil intentando doblegar sin éxito a ese anciano flacucho, y al no conseguirlo, sus compañeros abrieron fuego contra el techo, para evitar que los demás diputados imitasen Gutiérrez Mellado, que siguió de pie y haciendo además de frustración con los brazos, mientras lo demás se aparapetaban.
Cabría preguntarse qué habría pasado si el diputado Gutiérrez no hubiera reaccionado así ante esa intromisión. Su gesto valiente, además de reforzar la idea de que estaba luchando por la libertad de España, al mismo tiempo denigró (o desenmascaró) el carácter de los golpistas. Si no hubiera sido por este Heraldo del Caos, el golpe de estado podría haber sido un éxito, devolviendo a España a los tiempos del Franquismo.
Y aquí va este ejemplo nacional y próximo de que los Heraldos del Caos existen, y son capaces de trazar para bien, el curso de la historia.