sábado, 28 de marzo de 2015

¿Cómo pintar un paisaje diurno?

En esta ilustración se muestra un paisaje de Afrol, uno de los mundos que visita El Heraldo del Caos durante su viaje. Quise plasmar que es uno de los mejores satélites del sistema planetario para vivir, así que concebí un lugar cálido, agradable y acogedor.


Cuando hice el curso de cómic, aprendí a pintar estos paisajes diurnos. Hasta ese momento no me he dado cuenta (sobre todo porque en Galicia apenas luce el sol), pero la clave para colorear este tipo de paisaje es la de degradar el color con la lejanía. De ahí que el azul del cielo se aclare a medida que se acerca al horizonte, y lo mismo sucede con el azul del mar. De la misma manera, hay que pintar los objetos más cercanos con tonos oscuros, y los más lejanos, con tonos claros.
Así se consigue el efecto de profundidad de visión.

viernes, 27 de marzo de 2015

Guía turística 2

Continuando con esta particular guía turística por el sistema planetario de Zeus, le toca el turno a Afrol, el satélite más visitado por los habitantes de la Neo Alianza.
Para comprender qué tipo de mundo es Afrol, lo primero que hay que saber es cuál es el origen de sus nativos. Como todos los habitantes de la Neo Alianza, son seres humanos que poseen seres mejorados genéticamente en su estirpe genealógica. Y en el caso de Afrol, sus antepasados fueron modificados para ser esclavos del amor.


Obviamente, donde se dice amor, hay que leer sexo. En este satélite se diseñaron seres humanos para ejercer la profesión más vieja del mundo y ser obligados a prostituirse. De ahí que los nativos de Afrol sean famosos tanto por su belleza, como por su extrema promiscuidad. Sin embargo, estos rasgos son los que hace que Afrol sea el principal blanco de los insultos de los combatientes de la Antigua Alianza.


No obstante, después de la fundación de la Neo Alianza, los habitantes de Afrol evolucionaron de una manera totalmente imprevista por los ingenieros genéticos de antaño. Prácticamente, pasaron de ser esclavos del sexo a auténticos paladines del amor. De ahí, que los nativos de Afrol tengan costumbre de disponer de una prole muy numerosa, y de que sean capaces de sacrificar sus vidas por todos y cada uno de sus descendientes.
Por consiguiente, los combatientes que salen de Afrol resultan ser los soldados y pilotos más letales de toda la Neo Alianza. Al fin y al cabo, en todo el sistema planetario, ellos son los que más tienen que perder si su mundo cae en manos enemigos.
Así que si quiere impregnarse de este fuerte sentimiento de altruismo biológico, saber cómo es el verdadero amor, o simplemente, pasar el resto de sus vidas f...*ando, Afrol es su destino.

jueves, 19 de marzo de 2015

Torquemada, soy tu padre!

Una vez alguien me preguntó por qué estoy tan empecinado en escribir ciencia ficción, y yo, me quedé mudo. Pero no porque yo no supiera qué contestarle, sino, porque tenía más de una respuesta posible, muchas, tantas, que no respondí porque no quería alargar tanto esa conversación.


Y esta semana, al ver el cuarto capítulo de El Ministerio del Tiempo, encontré otra de esas respuestas. Gracias a la premisa de esta serie, fui testigo de un diálogo entre Torquemada, el infame líder de la Inquisición Española, y su padre, que era un funcionario del mencionado ministerio.
Un vano intento de hacer entrar en razón a su hijo pródigo.
Y es que solamente en este género, pueden pasar estas cosas tan asombrosas. Es obvio que el verdadero Toerquemada nunca recibió un rapapolvo por parte de su padre para que abandonase ese camino tan destructivo, convirtiendo esta parte de la historia de España, en uno de los motivos más poderosos por el que me da vergüenza ser español.
Y es que la ciencia ficción es mucho más que chicas fuertes, naves espaciales, robots, alienígenas y batallas espectaculares. Es una manera más de comprender el universo, una ayuda en la búsqueda infinita de la verdad. Y lo digo yo, que gracias a Ghost in the Shell puedo entender mejor el mundo que surgió después del 11-S.
Y lo mismo sucede con El Heraldo del Caos, cuyo protagonista, al tiempo que lucha por su amada, se ve embarcado en un viaje que le llevará hasta el fin del universo...

domingo, 15 de marzo de 2015

¡Esto no es Crepúsculo!

Se me hace difícil vender una obra tan compleja como El Heraldo del Caos, porque en un principio, me ocupé de llenar esta novela con todo tipo de ingredientes y elementos. Pero a partir de aquí tengo que preguntarme cómo hago para que el lector interesado sepa que puede descargarse una historia que le va a gustar.


Principalmente, se trata de la historia de desamor adolescente que se desarrolla en un marco épico de ciencia ficción, y ya con estos dos conceptos, corro el riesgo de espantar a los lectores en vez de atraerlo. Porque con el tema de desamor adolescente, inevitablemente se hace una referencia a Crepúsculo, y todos los lectores (y espectadores) que aborrecen esta saga, verán en El Heraldo del Caos otro patético intento de vender libros siguiendo la estela del romance fantástico adolescente.
Pues a este grupo de lectores le avisó de que no es así. Pretendí alejarme de este cliché moderno, creando una relación de amistad tensa entre Inés y Telecus (porque él no es correspondido por ella). Y además, trato los sentimientos de Telecus desde un punto de vista masculino, y de ahí que le sucedan cosas, como avergonzarse por encontrar a Inés desnuda (porque, chicas, cuando un chico le gusta una chica de verdad, ni siquiera tiene pensamientos impuros con ella). Y a parte de este detalle, he de advertir que el lector con alergia a los vampiros brillantes se perderá varias de las mejores batallas épicas y cruentas que he escrito hasta el momento.
Por otra parte, la lectora ávida de experiencias románticas, al leer los párrafos anteriores, desechará enseguida leer El Heraldo del Caos, convencida de que es una novela para tíos. Yo solamente les voy a aclarar un pequeño detalle. Todo lo que hace Telecus Moscagua, es fruto del amor no correspondido que siente por Inés. ¿O acaso a las lectoras no les seduce la idea de que un chico sea capaz de enfrentarse a una horda de los peores enemigos imaginables con tal de ver sana y salva a su chica?
Pero que esta última frase no os lleve a engaño, porque las mujeres en El Heraldo del Caos (así como en toda mi obra), desenvuelven un rol muy fuerte. Inés Luz tiene recursos de sobra para cuidarse ella solita, pero en las pocas ocasiones en que su vida peligra, Telecus siempre está allí para apoyarla.
En fine, que El Heraldo del Caos no es una historia de desamor adolescente que se desarrolla en un margo épico de ciencia ficción...
¡ES MUCHO MÁS!

sábado, 14 de marzo de 2015

Sobre xenoplanetas y supertierras.

Esta última semana llegó a mis manos el ejemplar de marzo de Investigación y Ciencia, que presentaba un interesante artículo sobre xenoplanetas y supertierras, Son planetas que se han descubierto durante los últimos años, y que muchos de ellos presentan condiciones para albergar vida orgánica. Y lo más curioso, es que se ha descubierto que estos astros candidatos para la búsqueda de vida extraterrestre, son mucho más ideales que la Tierra para sustentar seres vivos en ella. De hecho, el Sistema Solar es un sistema estelar muy particular y extraño en comparación, pues muchos de los sistemas examinados tienen más de uno de estos planetas apropiados para desarrollar formas de vida.
Habrá que desechar esa idea de que la Tierra es el único lugar de todo el cosmos capaz de presentar formas de vida.


Pero yo quería recalcar otro descubrimiento que se hizo, y es que otros astros en donde se podría desarrollar seres vivos, es en los satélites de gigantes gaseosos. Y es algo que llamó la atención, porque la acción de El Heraldo del Caos, discurre en uno de estos sistemas planetarios.
He de admitir que albergué mis dudas al desarrollar la idea del sistema planetario de Zeus, pues lo más parecido que conocía, era Júpiter y sus satélites. Supuse que si un gigante gaseoso fuera mucho más grande, también podría tener muchos más satélites orbitando alrededor de él, y además, todos estos astros pequeños podrían ser similares a la Tierra, consiguiendo así un escenario ideal para esta epopeya épica de ciencia ficción.
Además, leí que en estos sistemas, además de la energía solar, se podría usar la energía generada por las interacciones gravitatorias de los diferentes astros para desarrollar vida. Esta idea no aparece en mi novela, pero sí destaco este tipo de energía para explicar el motivo de que seis de los satélites de Zeus comparten la misma órbita.
Y otra cosa, también leí que cuantos más astros tenga un sistema planetario (o estelar), más circulares serían sus órbitas, y entonces, el holograma de la ilustración de esta entrada, no dista mucho de la realidad.
Y es que, a la hora de describir planetas nuevos, el autor de ciencia ficción no debe poner trabas a su imaginación, pues los descubrimientos de la Kepler están demostrando que este universo, cualquier cosa es posible.

Guía turística 1

Siguiendo con la promoción de El Heraldo del Caos, procedo a abrir una miniserie de entradas de este blog, que serán una especie de guías turísticas para animar a los lectores indecisos a que lean mi obra. Empezaré con Atenor, uno de los satélites de la Neo Alianza.
Atenor se caracteriza por ser el único satélite de Zeus que está totalmente cubierto de agua. Con su único océano sacudido y deformado por las fuerzas gravitatorias del sistema planetario, presenta una red de fortalezas defensivas, cuya finalidad es proteger este mundo de los esporádicos ataques de la Antigua Alianza.


Pero la mayor riqueza de Atenor se encuentra en el fondo de su océano. Situado en un enclave secreto, para dificultar la efectividad de los ataques enemigos, Sinatopo, es la única ciudad de Atenor. Sus habitantes, de piel verde, y adaptados a la vida submarina gracias a sus aletas y branquias, son descendientes de seres diseñados mediante ingeniería genética, con la finalidad de ser extremadamente listos y poder resolver complejos problemas matemáticos.


Esta ciudad es la sede de varias órdenes del conocimiento, que son organizaciones de tintes religiosos que lo único que persiguen es el conocimiento en sí. Sin embargo, muy a menudo, una vez alcanzado esos conocimientos, los ordenados se se vuelven poderosos e intervienen en asuntos claves para el desarrollo entre las dos alianzas.
Y una cosa más. Los nativos de Atenor son especialmente temidos por los enemigos de la Antigua Alianza por sus facultades telequinéticas. No obstante, no suelen hacer gala de estos poderes, a no ser que sea especialmente necesario. Por este motivo, muchos combatientes de la Neo Alianza piensan que los nativos de Atenor no son tan poderosos como creen los enemigos de la Antigua Alianza.
Así que si lo que busca es la paz espiritual, resolver complicadas ecuaciones matemáticas tridimensionales o simplemente, el conocimiento, no lo dude más. Viaje a Atenor con El Heraldo del Caos.