domingo, 6 de diciembre de 2015

El sueño se cumple.

El pasado 27 de noviembre, tuvo lugar la presentación de "El Heraldo del Caos", pero la emoción llegó un día antes, cuando recibí los paquetes que contenían los ejemplares en papel de mi criatura.
Fue la primera vez en mi vida que me puse tan contento de ver la llegada de esa furgoneta de mensajería ante mi piso.
Y no fue nada, comparado a cuando abrí el paquete, y puede ver, y tocar, mi obra, además de notar su peso.


Por fin, tenía en mis manos una novela mía, en formato de papel, a prueba de ataques de virus informáticos, y de pulsos electromagnéticos. Un formato que podía perdurar mucho tiempo después de mi muerte, lo que conformaba mi legado, mi llave para la inmortalidad.
Sin embargo, también advertí que me quedaba mucho trabajo por delante. Para empezar, tuve que hacer la presentación, y esa perspectiva me ponía nervioso, porque los escritores no somos famosos precisamente por saber hablar en público.
No obstante, ese trance se resolvió casi por sí solo. La representante de Ediciones Atlantis hizo la mitad de mi trabajo (presentó la editorial, me presentó a mí, y presentó la sinopsis), y gracias a los dueños de "A Gata Tola", pude recibir a la gente que se dignó a presentarse en el local. Lo único que tuve que hacer, era hablar de mis influencias, y de para quién va dirigido el libro. Y cada vez que que me atascaba, la representante siempre me echaba un cabo con una pregunta oportuna. Y luego vino la parte más sencilla, que era la de firmar los libros a la vez que se iban vendiendo.
En este punto, tengo que agradecer la asistencia de esos visitantes, pues, aunque me hubiera gustado que viniera mucha más gente, algunos de ellos se acercaron para comprar libros encargados por vecinos y amigos de sendos trabajos.
Y esa tarde, cobré en especias, pudiendo quedarme con un ejemplar, y depositar otro en el escaparate de "A Gata Tola".
Luego, me pasó lo mismo que cuando publico en amazon por mi cuenta. Siempre hay algún lector cercano que me avisa de las dichosas erratas, las que siempre se me escapan. Pero en esta ocasión, tengo ayuda, porque seis ojos ven más que dos. Así que releí mi obra esta semana, en busca de esas malditas erratas, y empecé a confeccionar una lista que en breve enviaré a la editorial, para que sea corregida la maqueta que tienen allá.
Pero con esta tarea de mea culpa, me he percatado de algo más trascendental. Por primera vez, desde que empecé esta locura de ser escritor, advertí  que no vendía humo. El libro está ahí, tiene presencia física, es real. No es ninguna copia digital. Dentro de poco, estará disponible en las librerías, o incluso, en los centros comerciales, por no contar que se podrán pedir ejemplares a través de la página web de Ediciones Atlantis.
Así que mientras termino de confeccionar (entre todos), la lista de las erratas, para mayor satisfacción de futuros lectores, tendré que hacer un par de promociones para se sepa en mi libro existe. Estamos planeando hacer una presentación en Melide, que se hará próximamente, cuando el local, la representante de la editorial, y un humilde servidor coincidamos. Pero por lo pronto, acudiré con el ejemplar que me he ganado, a la cita electoral del 20D.
Incluso estoy pensando en pasearme por Santiago de Compostela con mi querido tocho bajo el brazo...